-Te quiero, no olvides eso. Mereces ser feliz.
Respirando de forma pesada con los ojos cerrados, no creyendo lo que acababa de hacer, permaneció unos segundos mas en su propio mundo hasta abrir sus ojos, mirándolo, observando como se extendían aquellos orbes gigantes en todo su esplendor. Debía salir de allí de inmediato.
-Si encuentras algún lugar en el cual quedarte házmelo saber, quiero visitarte..
Anunció cuando sus dedos dejaban ir aquellas hebras y realizaban una caricia hasta quedar nuevamente a los lados de su cuerpo. Se dirigió a la puerta en silencio, y antes de salir, antes de dejarlo escapar de aquello que él había provocado, en su mejilla izquierda se marcó aquel hoyuelo nuevamente, causado por una sonrisa dulce, con la mirada entrecerradas y llena de lágrimas.
-Sé feliz, te lo mereces mas que nadie.
Se despidió de esa manera, llegando tan rápido como se fue. Y al encerrarse en su habitación supo que una parte de su corazón se había quedado allí, con él...