27 de noviembre de 2013

Me encantaría saber por qué. Por qué me cuesta decirle lo que me pasa. Las cosas que siento. Cuánto se hace querer. Lo importante que es para mi en este momento. Cuánto me gustaría formalizar la relación. Que me imagino a su lado. Que quiero que conozca a mis padres como algo más que una simple amistad. Que amo su pelo, sus labios y sus dientes que denotan haber usado ortodoncia. Que se ríe y me para el mundo. Que me gusta, mucho, de verdad. Que no me molesta que me muerda aunque me duela un poco. Que me pongo nerviosa cuando le hablo. Que puedo hablarle de lo que sea, menos de las cosas que se me ocurren cuando nos imagino. Que me gustaría que fuera mi primera experiencia. Que puede no ser la persona más hermosa del planeta, pero a mi me encanta. Que huele rico, y todavía no se si es perfume o su piel. Cosas que pasan por mi cabeza cuando vamos de la mano por la calle. Que se hace querer, mucho, por eso lo digo dos veces. Y porque me parece importante. Que no quiero que se sienta bajo presión, porque lo que más quiero es que conmigo sienta la confianza necesaria para expresarse libremente. Que me gustaría empezar a hablar en plural, y saber que no está con otras personas. Que está solo conmigo. Que soy suya.